Él prometió que de la vida haría sus días,
él juro que su regreso sería la llegada al amor,
el suplico que sus besos presos quedaran en sus labios,
que el tiempo quedara estancado en sus cuerpos...
Y el tiempo se poso en sus ojos
y vio pasar sus días en melancolía perpetua,
y sintió su vida apagarse entre arrugas y recuerdos,
y su vida la hizo espera... y la espera envolvente locura.