Derrotas que mis manos llenan,
Momentos hechos jirones de mi pasado,
Esperanzas perdidas por un adiós,
Pero naciste tú… y todo quedo olvidado.
Las mañanas se hicieron más bellas,
Los esfuerzos fueron justificados,
Las dudas se hicieron marañas de maravillas,
Dejando mis ojos en ti clavados.
Mi sangre hecha vida,
Mi vida mirándome en mis manos,
Mi sangre, mi carne… mi hijo.
Mi todo y mi nada en las palmas de mis manos.
Mis esperanzas renacidas cual fénix,
Mi felicidad encarnada,
Mi sufrimiento recompensado,
Mi todo y mi nada… mi hijo.
No hay nada mas que decir despues d elo que has dicho...lo has sintetizado muy bien en pocas palabras...los hijos son la mejor recompensa que la vida nos da...pero..
ResponderEliminarAun hay mas...los nietos son la recompensa por haber sobrevivido a los hijos jeje
Besos
je je je... supongo que tienes razón amiga...gracias por comentar. me encanta ver comentarios en los poemas.Gracias que la vida te traiga mucha felicidad.
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