Eres tu la que siempre se queda,
Y yo el penitente que se queda perdido,
Entre lluvias y tormentas… de tu besar.
Condenado a este amor que solo esta dibujado.
Con lapiceros de colores… blancos y negros.
Como tus intenciones de felina del deseo,
Dejándome tirado en el desierto del despecho,
Y tú la que siempre se queda… en tu ironía.
Sarcasmo del momento son tus palabras,
Cuando me dices te quiero y escondes la daga
Que has de clavar en mi pecho… en mi alma.
Y tú la que siempre se queda… pero siempre ausente.
Con tu cabeza llena de pájaros y de metas materiales,
con el corazón seco de sentimientos y lleno de dinero,
abandono este amor enfermizo sin mas mirada atrás,
sabiendo que tu eres la que siempre se queda.
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