En las horas oscuras de mi existencia,
en las horas que la vida se vuelve bruma,
se estrecha el corazón y el alma se nubla.
En este tiempo que segundo a segundo
siega mi vida con la premura de la vejez.
En las horas que la muerte emprende camino,
y el amor endulza su espera.
La paz extiende su manto,
en mi quebrados temores y
en mi preocupaciones.
Llego la muerte esperada...
no es el final... Vuelvo a renacer.
Siempre se renace...
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu poema.
Un beso