Derrotas que mis manos llenan,
Momentos hechos jirones de mi pasado,
Esperanzas perdidas por un adiós,
Pero naciste tú… y todo quedo olvidado.
Las mañanas se hicieron más bellas,
Los esfuerzos fueron justificados,
Las dudas se hicieron marañas de maravillas,
Dejando mis ojos en ti clavados.
Mi sangre hecha vida,
Mi vida mirándome en mis manos,
Mi sangre, mi carne… mi hijo.
Mi todo y mi nada en las palmas de mis manos.
Mis esperanzas renacidas cual fénix,
Mi felicidad encarnada,
Mi sufrimiento recompensado,
Mi todo y mi nada… mi hijo.